Imagina que alguien te da su nombre, su correo o su dirección. ¿Qué espera a cambio? Que lo cuides. Que no lo uses sin su consentimiento ni lo compartas con terceros sin avisar. Esa es la esencia de la política de privacidad web.
Este texto explica con claridad qué datos personales recopilas, para qué los usas, durante cuánto tiempo los conservas y con quién podrías compartirlos. También debe detallar cómo pueden los usuarios ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación, oposición, portabilidad y olvido, en cumplimiento del RGPD.
Si tu web utiliza formularios, boletines, pasarelas de pago o plugins de terceros, estás obligado a informar sobre ello.
Y cuidado con las sanciones: según la normativa europea y española (LOPDGDD y RGPD), las multas por no cumplir los requisitos legales pueden alcanzar:
¿Vendes productos? ¿Ofreces servicios? ¿Permites que el usuario interactúe con tu web? Entonces necesitas unos términos y condiciones.
Este documento establece claramente qué puede hacer el usuario en tu web y qué responsabilidades tiene cada parte. Aquí se detallan aspectos clave como:
Piensa en los términos y condiciones como un contrato digital entre tú y el usuario. Cuanto más claro sea, más protegido estarás frente a malentendidos o reclamaciones legales.
¿Quién eres? ¿Dónde estás? ¿Cómo pueden contactarte? Eso es lo que debe responder tu aviso legal.
Este texto es obligatorio según la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) y debe incluir:
También es habitual incluir cláusulas sobre propiedad intelectual, derechos de autor, exención de responsabilidad por los contenidos y enlaces externos. Todo con el fin de ofrecer transparencia y cumplir con la legislación española.
Seguro que te suena esa ventanita molesta que aparece cuando entras en una web: “Esta página usa cookies”. Pues bien, esa notificación y el texto que la acompaña también son obligatorios.
La política de cookies debe explicar qué cookies usas, con qué finalidad y cómo puede el usuario aceptarlas, rechazarlas o configurar sus preferencias.
Lo que pasa es que te arriesgas a sanciones. Y no pequeñas. Las más comunes se deben a falta de información o a una gestión incorrecta de los datos personales, y las impone la Agencia Española de Protección de Datos.
La multa más leve puede ser de varios miles de euros. ¿Vale la pena arriesgarse? No. Porque además de cumplir con la ley, estos textos generan confianza en tus usuarios y demuestran que cuidas su privacidad.
Si no tienes estos textos, toca ponerse manos a la obra. Puedes redactarlos tú mismo, contar con un profesional o usar herramientas de generación legal adaptadas a la normativa española y europea.
Y si necesitas ayuda para integrarlos correctamente en tu web, contacta con nosotros o revisa nuestros servicios web para ver cómo podemos ayudarte.